Escribir es una herramienta de comunicación maravillosa y en especial la creación literaria, que nos conecta con la imaginación y los sentimientos propios y ajenos, que nos hace volar y olvidar nuestras dificultades. La literatura nos permite emocionarnos o tomar conciencia con solo escuchar o leer un poema de pocos versos. Gracias a esta maravillosa herramienta tuve la alegría de conocer a gente hermosa, corazones soñadores, almas a veces incomprendidas porque se despegan de los proyectos materialistas del resto, siempre buscando gastar el tiempo en actividades que llenan el alma. Una de esas experiencias fue Escritores a la Rueda, mi primer grupo de lectura de autor y una experiencia inolvidable. Donde saqué la conclusión que escribir es una marivavillosa forma de invertir tu tiempo.
Desde niña escribía poemas y cartas, principalmente. En la adolescencia escribí bastante, poemas románticos y algunas reflexiones y luego tuve una época de oscurantismo cuando la universidad ocupaba todo mi tiempo. Recién a los 26 retomé de nuevo la literatura, de a ratos y tuve años con menos producción, pero siempre escribía algo. Todo inédito, por supuesto, nunca pensé que aquello pudiera tener algún valor para otros. Escribía para mí, para mis amores, para mis hijos, pero soñaba con encontrar un lugar o las personas indicadas que me dieran un espacio para dar mis primeros pasos. Recién a los 40 llegó el momento. Y doy gracias por ello.
Y el sueño se hizo realidad
Una tarde de mayo de 2007, dos escritores se reunieron en Parque del Plata con el enorme deseo de formar un grupo de difusión literaria. El plan era realizar una reunión semanal de lectura de obras propias, principalmente poesía, realizar eventos periódicos y proyectar la publicación de las obras de los autores. Estos soñadores fueron Estanislao Riera y Juan Caorsi, dos amantes de la literatura, almas venidas a este mundo con su imaginación siempre volando, con la poesía, el teatro, el cuento y la novela en su bolsillo.
El grupo se fue formando, se fueron reclutando miembros de aquí y allá y en un par de meses ya tenían lugar y varios poetas o aficionados leyendo sus sueños cada viernes en el Club de los Abuelos de Ferreira y 13 en Parque del Plata.
A mí me reclutó Estanislao, en Agosto. En la mercería mientras compraba avíos y una tela para el uniforme de Kung-fu de mi hijo. Estanislao y su compañera, por aquella época la actriz Elena Monserrat entraron buscando algo para el vestuario de una obra, creo, y entre conversaciones surgió el tema de la literatura. Y dije, yo escribo. En ese mismo momento los ojos de Elena fueron estrellas y Estanislao con su conversación persuasiva me extendió la invitación al grupo. No tardó ni un instante en convencerme y a la semana siguiente me estaba reuniendo con ellos. No existen las casualidades, dijimos convencidos. Yo pensé, este es mi sueño. Sin ningún esfuerzo de mi parte, me habían encontrado, teníamos la certeza de que venían tiempos de mucho movimiento en nuestras vidas literarias y así fue.
Cada viernes, durante el resto de 2007, Estanislao Riera, Juan Caorsi, Alfredo Lemoine, Teresa "Vivi" Rodríguez, Elda Alonso, Sandra Gutiérrez y María Ofelia Arreaga, nos reuníamos para compartir la amistad y las lecturas de nuestras letras. En 2008, las reuniones se mudaron al salón Policial y al grupo se fueron sumando Claudio Taccino, Elizabeth Chappe, Elizabeth Rodríguez, Raquel Cuello, Margarita Florentino y José María del Rey Morató, Marcelo Genitle (Mohamed Zafir o Zafiro) entre otros. Muchos escritores o aficionados a la literatura nos visitaron por esa época, imposible recordar todos los nombres y si nombrara a los visitantes me podría olvidar de alguno y no sería justo. Pero fue una época maravillosa en la que compartimos, lectura, sueños y una bella amistad. Sé que nombrar a algunos y a otros no
Jamás olvidaré el primer texto que leí, un poema en prosa que había escrito ese mismo año y que después publiqué en mi blog personal El Reino de Seda. Sentí la aprobación de mis compañeros y la necesidad de producir textos para seguir leyendo semana a semana. Busqué en mis cuadernos textos de años pasados, busqué inspiración y como todo estaba ya planeado en mi destino, encontré todo lo que buscaba, los cuadernos, la inspiración y el grupo de gente maravillosa que le abrieron los brazos a mi persona y a mis letras. Hoy, mirando todo en perspectiva veo todo lo que vivimos aquellos años, la amistad, la camaradería, las actividades literarias y todo fue positivo en mi vida y agradezco a Dios y al destino por haber abierto esas puertas para mí.
A continuación, en los siguientes post, iré compartiendo actividades, fotografías que tengo en mi poder, algún recorte de diario de la actividad del grupo o de los miembros en forma individual. El plan es seguir recolectando material incluso de años siguientes, cuando ya tuve poca participación en el grupo o después de 2016, cuando me desvinculé por no poseer el tiempo necesario que esta actividad requería.
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